Una buena historia es emotiva y auténtica. Porque los usuarios quieren conocer personalmente su empresa. Por lo tanto, es importante que des con el tono adecuado a la hora de comunicar tu historia.
Una buena historia siempre se basa en el público objetivo de la empresa. ¿Qué partes de la historia de la empresa son interesantes para el grupo destinatario? ¿Y cuáles son menos importantes? Todo esto debe determinarse de antemano para poder dirigirse a los usuarios de forma específica e inspirarles acerca de su empresa.
Una buena historia inspira. Quien lea su historia contará a su grupo de amigos lo que ha leído sobre su empresa. "¿Sabías que la empresa XY lleva años siendo totalmente neutral con el clima?" o "He leído que la empresa XY se fundó en 1870. ¿No es increíble que sigan existiendo?".
Una buena historia genera confianza. Cuanto más tiempo lleve existiendo su empresa, más confianza básica le tendrán sus clientes. La experiencia es siempre un argumento importante. Si puede transmitir sus conocimientos y experiencia en su historia, esto genera confianza entre sus clientes.